En la monumental obra histórica escrita por el profesor Juan Bosch titulada “De Cristóbal Colón a Fidel Castro o, El Caribe, Frontera Imperial”, este deja claramente establecido, que desde el punto de vista histórico y geo-político, los países que surgieron en esa región del mundo, bañada por el Mar Caribe constituyen una unidad forjada por una historia común, desde el momento mismo en que los indomables indios caribes bajaban remando por el Orinoco a pescar, a cazar, a negociar y a conquistar las islas del archipiélago Antillano.
Esa raza de hombres indomables fueron quienes dieron el nombre a esa región, que con el paso del tiempo se convertiría en una frontera, donde todos los imperios vendrían a dirimir sus diferencias, la mayoría de las veces de manera muy violenta y desenfrenada. Es por eso que Juan Bosch dice en la obra antes citada lo siguiente: “La historia del Caribe tenía una coherencia, seguía una ley que se hallaba inscrita en lo más profundo de sus raíces. Región del mundo americano modelada por la violencia que la había convertido en una frontera imperial, su única manera de avanzar hacia un destino mejor era respondiendo a la escalada de la agresión con la escalada de la revolución”.
La resistencia de los Caribes y otras etnias antillanas a la conquista y esclavización de su raza por los diferentes países imperiales como España, Francia, Inglaterra y Holanda, los llevó a su extinción y por ende a su sustitución por negros africanos, los cuales eran cazados como animales salvajes en el continente negro y vendidos como esclavos en la región caribeña.
Esos negros traídos como esclavos fueron capaces de producir una de las revoluciones política, social y económica más profunda que ha conocido la historia de la humanidad y esa revolución, la Revolución Haitiana, fue hija de la Revolución Francesa, así como la Revolución Cubana fue a su vez hija de la Revolución Haitiana.
Este preámbulo histórico es necesario para que el lector comprenda, porque si la guerra fría terminó con la desaparición del socialismo en los países del Este de Europa, los Estados Unidos mantiene un bloqueo a Cuba, señal inequívoca de que para el imperio esa guerra en esta parte del mundo, en esa frontera, aún no ha concluido y solo terminará cuando aplasten al único país que se declaró socialista en este hemisferio y se mantiene firme en la defensa de su revolución y sus principios.
El profesor Bosch en la obra citada vuelve a señalar lo siguiente: “Los acontecimientos del Caribe se vinculan entre sí, la historia de la región es una sola, que los hechos de un país se reflejan en los restantes mas allá de las consideraciones que podían dividir a los hombres por su posición, el color de su piel o la lengua”.
Decíamos en un párrafo anterior que gracias a esos vínculos históricos que tiene El Caribe, la Revolución Cubana era hija de la Revolución Haitiana así como la Revolución Venezolana que dirige ese gran líder caribeño llamado Hugo Chávez es hija legítima de la Revolución Cubana.
Hugo Rafael Chávez Frías salta a la palestra pública el 4 de Febrero del 1992, cuando asume la responsabilidad del fracaso del intento de golpe de estado contra Carlos Andrés Pérez e hizo un llamado a los militares sublevados a deponer las armas y lanzó su célebre frase “por ahora”, fue detenido y aunque había órdenes del presidente Pérez de eliminarlo un militar amigo que lo recogió lo salvó de una muerte segura.
Pasa Chávez dos años en la cárcel, recibiendo un indulto del presidente Caldera e inicia la formación del Partido V República. El tres de Diciembre de 1998 es elegido presidente de la República de Venezuela y con ese triunfo da inicio en este país a un proceso de grandes transformaciones revolucionarias que lo han convertido en un símbolo de todos los pueblos oprimidos del mundo.
Hugo Chávez, un caribeño neto, mezcla de negros africanos e indígenas, ha dividido la historia de América Latina y el mundo en dos grandes momentos: la que se escribió antes de su arribo al poder y la que se ha escrito después. Él ha demostrado que no es el fin de la historia como diría Fukuyama, ni tampoco las guerras serán entre civilizaciones de acuerdo con la teoría de Huntington. Este coronel demuestra que la historia de los pobres recién comienza y ha dicho claramente, para que se le entienda, que la solución de la pobreza en el mundo solo se consigue en el socialismo, el cual él ha denominado como el Socialismo del Siglo XXI.
El proceso revolucionario que ha dirigido Chávez en Venezuela ha aprendido mucho de lo que fue el socialismo soviético, para no cometer los graves errores que se cometieron. Ha quedado suficientemente claro que se puede construir el socialismo en libertad, en democracia y permitir la libre expresión del pensamiento y la libertad de prensa, así como la existencia de partidos de oposición que participen con todas las garantías constitucionales. Ha quedado claro que un revolucionario no necesariamente tiene que ser ateo o no creyente.
Veamos que dice Ignacio Ramonet, el director del periódico Le monde Diplomatique en un artículo que escribió para Telesur en la sección de opiniones: “El balance de Chávez es espectacular. Se comprende que se haya convertido en referencia obligada en decenas de países pobres. ¿No ha refundado la nación venezolana sobre una base nueva, legitimada por una nueva constitución que garantiza el involucramiento popular en el cambio social, siempre dentro del más escrupuloso respeto de la democracia y de todas las libertades? ¿No ha devuelto a unos cinco millones de marginados, entre ellos las poblaciones indígenas, su dignidad de ciudadanos? ¿No ha recuperado la empresa pública Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA) y los beneficios se invierten en planes sociales, para los pobres?
Estos proyectos sociales abarcan toda la sociedad venezolana a través de las misiones en educación, combatiendo el analfabetismo, construyendo centenares de escuelas y universidades las cuales son totalmente gratis, al igual que la salud, que se ha extendido a todos los barrios y campos del país. Millares de viviendas se han construido en toda la geografía de la nación. El 42.5% del presupuesto del estado va a las inversiones sociales. El número de maestros se ha multiplicado por cinco y pasó de 65 mil a 350 mil. Se ha pensionado a todos los ciudadanos de más sesenta años aunque no hayan cotizado al sistema de la seguridad social.
Por iniciativa de Chávez se constituyó la Unión de Naciones del Sur (UNASUR), la Alianza Bolivariana de las América ALBA, Petro-Caribe, el Banco del Sur, la Comunidad de Estados Latino Americanos y Caribeños, CELAC. En coordinación con Cuba dirigen la misión Milagro, que ha devuelto la vista y corregido problemas visuales a miles de pobres en toda Latino América, de igual modo de manera conjunta han puesto en ejecución el plan de alfabetización Yo Si Puedo, que ha sacado del oscurantismo a miles de ciudadanos del mundo.
En esa frontera imperial, que es la región del Caribe, resiste la única revolución socialista del mundo occidental, dirigida por un hombre extraordinario llamado Fidel Castro y surge como consecuencia de cientos de años de explotación, de miseria, de desigualdades sociales, de falta de oportunidades, la última revolución del siglo XX y la primera del siglo XXI, dirigida por otro hombre fuera de serie, hijo de José Martí, de Bolívar, de Toussaint, e hijo de la Revolución Cubana, hablamos nada más y nada menos que de Hugo Chávez.
Hugo Rafael Chávez Frías, hoy está librando una dura y difícil batalla, la de la vida y la de la muerte. Él, que como diría el poeta, nació con tres heridas, el que en su vida ha dado tanto amor, solo le quedan esas dos heridas y lucha por su vida. Si las lágrimas pudieran sanar, con las que se han derramado en el mundo, se formaría un río tan grande como el Amazonas, llegaría hasta su lecho y lo sanarían junto a las millones de plegarias que se han elevado al todo poderoso para que lo sane y lo salve.
El nació para vivir y vivirá eternamente en el corazón de los pobres del mundo. Su legado es simplemente imperecedero.
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