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lunes, 21 de enero de 2013

CRÓNICAS DEL ABUSO DE PODER

UN PELIGROSO Y VERGONZOSO CONTUBERNIO
Por César Pérez
lagarita@codetel.net.do


El bochornoso espectáculo que el lunes pasado Miguel Vargas y sus acólitos montaron en la sede PRD, en contubernio con los jefes de las facciones del PLD que realmente cuentan que utilizaron la alta jefatura de la Policía para ese fin, constituye una expresión de hasta dónde pueden llegar para defender los intereses económico/políticos que a todos los une.

El bochorno se produce en el contexto de la denuncia de Sobeyda Félix de que su compañero sentimental le entregó a Vargas 300 mil dólares, como contribución a la campaña presidencial de este en el 2008 y del inicio del año en que se aplicarán las medidas que incrementan de la presión tributaria, plasmada en el paquetazo fiscal, además del eventual reinicio de las protestas contra esa aplicación y las demandas contra la impunidad y la corrupción, interrumpidas por las fiestas de fin de año.

En esa circunstancia el grupo de Vargas apresura el aberrante juicio contra Hipólito Mejía, Andrés Bautista y sobre todo contra Orlando Jorge y Geanilda Vázquez, por ser estos últimos, secretarios general y de organización, dos puestos claves para el funcionamiento institucional del partido.

De carambola, el gobierno y su partido, además de quitarse presión, dan otro paso en la escala de destrucción del PRD, una vieja estrategia de la que participan otros sectores de la vida política y eclesial del país y a la que se han prestado Vargas y sus acólitos.

Es un pacto no escrito entre mafias políticas, donde el objetivo fundamental es la castración y/o destrucción de un instrumento político que puede ser obstáculo para que estas sigan monopolizando todas las instancias del Estado

Cierto es, como dicen dirigentes del PRD, Miguel Vargas y sus acólitos no tiene los medios legales para validar la pretendida expulsión de los secretarios general y de organización, porque para ello tiene que convocar la Comisión Política, integrada por la lista de miembros legales elegidos en la última Convención partido, que es la legal porque es la que está debidamente depositada en la junta electoral. De dicha lista el PRD real es mayoritario.

Pero, a esa cáfila política protegida por el gobierno no le interesa ninguna legalidad, le interesa seguir un contubernio que le produce cargos públicos, contratas y negocios con el gobierno.

Es cierto que las luchas fratricidas en el PRD, vienen de lejos, pero nunca como ahora se había visto que una de las partes en pugna contara con el apoyo de un partido y un gobierno que les hayan sido adversos. En tal sentido, la vergüenza del pasado lunes obliga al sector mayoritario del PRD a radicalizarse, y vincularse con los diversos sectores que promueven las luchas contra los efectos del paquetazo, la impunidad, la corrupción; por un estado de derecho en este país y la alternancia en el poder que son las reglas de oro de la democracia.

Sólo así podrá vencerse el contubernio entre el gobierno y la cáfila enquistada en ese partido y derrotar la vieja pretensión de algunos sectores, de mantener fuera de toda posibilidad de poder al segmento social popular que se identifica con ese partido y a cualquier grupo político que pretenda representar a los excluidos de este país.

No faltan aquellos que limitan el acordonamiento policial a una sede de un partido político para impedir que una parte de sus miembros penetren en la misma, a una simple rebatiña entre grupos. No se dan cuenta que ese partido fue ocupado por una policía al servicio de un gobierno y un partido que se inmiscuyen en los asuntos internos de otro partido para favorecer una parte, como lo hicieron una vez en el local de la Liga Municipal Dominicana para imponer el candidato de un partido en desmedro de otro.

No advierten que se ha creado un Tribunal Superior Electoral que ya ha dado muestra de estar al servicio del partido en el poder, que se ha constituido una Junta Central Electoral, cuya aplastante mayoría, comenzando por su presidente, que es miembro del partido oficial que está servicio de ese partido. En ese contexto, no pueden celebrarse en el país elecciones libremente e igualitariamente competitivas.

En tal sentido, quienes crean que la barbaridad del lunes pasado es una cuestión que sólo le concierne al PRD son miopes ante una realidad: que estamos ante un poder centralizado, negador de los principios básicos de la democracia y contra el cual, sin una férrea unidad y una inquebrantable voluntad de lucha no es posible derrotar.

Por eso, sin excusar los recurrentes momentos de inconsecuencia de todos los sectores del PRD, con las siempre excepciones de algunas personalidades, sin excusar la inveterada tendencia de ese partido a desgarrarse entre sí, esta vez está claro que de lo que se trata es de un afrentoso contubernio para destruir un partido para que se mantenga una dictadura que es esencial y perfectamente perfecta. Es un problema que nos concierne a todos. Menos a los políticamente miopes.

16 de enero del 2013

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