Alfonso Torres |
“LA CRISIS ECONÓMICA ES SISTÉMICA
MÁS QUE COYUNTURAL”, DICE EL ECONOMISTA RADHAMÉS GARCÍA
Por Alfonso Torres
Tomado de 7dias.com.do
SANTIAGO (R.Dominicana).- La compleja situación de la economía heredada por el gobierno de Danilo Medina es el resultado no solo de la bomba de tiempo financiera dejada por Leonel Fernández debajo de la silla presidencial, sino principalmente del agotamiento de las políticas neoliberales aplicadas durante las últimas tres décadas.
El barco de la economía del país coge agua mientras marcha a la deriva en un mar cabreado por la crisis económica mundial, en especial de España y de Estados Unidos, países de los que dependen en gran medida los sectores que motorizan la actividad económica de los dominicanos: el turismo y las remesas.
Desde Santiago la mirada del economista Radhamés García se dirige a las causas estructurales de la crisis económica y financiera a la que se enfrenta el gobierno de Danilo Medina. Dice que la situación se complica por la falta de “competitividad sistémica” de los sectores productivos.
“La República Dominicana está entre los países más desiguales e inequitativos de América Latina y el Caribe. Entre los tres más corruptos del mundo. La mayoría de la población sigue ausente del bienestar material y espiritual y de la participación social y política”, es el diagnostico de García, quien es profesor de Desarrollo Económico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en Santiago.
¿Cómo se explica que la República Dominicana haya crecido en las últimas cuatro décadas, más de 5.5 % de 1970 al 2008, muy superior al promedio de América Latina (+ 3.5 %), y estemos lejos de cumplir los objetivos del milenio?", se pregunta el académico al responder que entre 1975 y 2006 el Índice de Desarrollo Humano solo ha progresado en un 25 % cuando el PIB casi se ha duplicado.
“Las desigualdades han seguido, en la actualidad el 10 % de las personas más ricas tiene un ingreso dos veces superior al 40 % de las personas menos favorecidas. El coeficiente Gini nunca ha disminuido, y sitúa a la República Dominicana detrás de la mayoría de los países de América Latina”, expone García al hablar para 7dias.com.do.
Indica que más del 40% de la población vive en la pobreza, del cual el 10 % vive en la miseria, es decir, más de un millón de dominicanos y dominicanas, y agrega que “estamos en los últimos lugares en América Latina en educación (2 % del PIB cuando la media regional es de 5 %) y en salud (menos del 2 % del PIB)”.
Para demostrar que se trata de una crisis sistémica más que coyuntural García releva el círculo vicioso y deficitario del sector eléctrico cuya energía es suplida de manera deficiente y cara. “Las tarifas eléctricas son cerca de dos veces la media observada en los países de la región (0.23 dólares contra 0.10 en América Latina)”.
Para el exdirector de la UASD en Santiago la economía crece pero no hay progreso incluyente, las políticas económicas de “factura neoliberal” han creado una sociedad dual y excluyente, una mezcla de Miami y Nigeria, donde se ensancha el abismo entre los incluidos y los excluidos del bienestar material y espiritual.
En la base de la crisis económica y financiera, según Radhames García, está el hecho de que durante décadas la economía se asentó en sectores económicos frágiles, vulnerables y coyunturales.
“Se ha promovido una competitividad espuria, basada en la reducción de salarios y de los servicios sociales, y no una competitividad auténtica que al mismo tiempo que participe en los mercados internacionales, eleve el nivel de la vida de la población mediante el progreso científico y tecnológico”, explica.
Las políticas neoliberales de las que el PLD y el PRD han sido los principales compromisarios han conducido, en el horizonte de Radhames García, a un modelo económico caracterizado por el fortalecimiento de la esfera financiera y de servicios, por una economía de “enclave” (turismo, maquiladoras, telecomunicaciones), por la debilidad de la esfera productiva y por la apertura comercial sin la debida reconversión del aparato.
“Tenemos un serio déficit de competitividad sistémica –expresa- basado en una energía eléctrica cara y deficiente, altas tasas de interés, falta de fluidez institucional y carencia de recursos humanos de calidad”.
A lo anterior se agrega el abandono del sector agropecuario, que en el diagnóstico de García se encuentra en estado de coma debido al bajo nivel tecnológico y productivo, escaso financiamiento, problemas de transporte, de logística, de la cadena de frío y atrasadas prácticas agrícolas.
Con una situación económica y financiera cuyas causas son estructurales habría que aplicar medidas que superen la improvisación, la superficialidad y la cosmética económica. García entiende que hay que ir a la raíces de los problemas, pero para ello estima que habría que empezar por abandonar las recetas neoliberales impuestas por los organismos financieros internacionales y las elites beneficiarias.
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