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martes, 31 de julio de 2012

UNA GUÍA BREVE PARA PODER ENTENDERNOS

Por Pedro Payano-Safadit

He recibido de algunos compañeros, comentarios divergentes con mi último artículo: “Concertación para democratizar el país”. ¡Eso es estupendo! Sus argumentos indican que hemos progresado en cuanto al lenguaje de respeto que debemos mantener en el debate, Sobre todo, que aunque podamos tener percepciones o interpretaciones diferentes en un momento dado, eso no cambia una identificación mutua con el porvenir. Lo fundamental es que se atrevieron a expresar sus puntos de vistas. Los felicitamos y a la vez les damos las gracias por atreverse.

Estos señalamientos críticos me han estimulado a tratar de resumir algunas ideas sencillas que nos sirvan como guía para la aplicación de una política en una coyuntura determinada, para que nos podamos entender. Veamos.

Para analizar correctamente una coyuntura política, una organización que se considere progresista no puede partir de verdades generales, ni del uso de herramientas teóricas basadas en esquemas superados. Ante todo, debe tener la capacidad y sabiduría para interpretar cotidianamente, la complejidad de la sociedad y la naturaleza de sus crisis periódicas. A la vez, estudiar minuciosamente la correlación de fuerzas que implica identificar lo siguiente: 1) el bloque hegemónico, las contradicciones a su interior y cuáles son sus estrategias; y 2) las fuerzas de la oposición y quienes podrían ser los aliados a corto o mediano plazo, los seguros y los inseguros, y hasta donde es posible que podamos caminar juntos. ¿Por qué es importante esto último? Para determinar la política de alianzas, cuyo éxito dependerá de la capacidad y habilidad que tenga una organización para concertar. Una concertación sobre la base de realidades políticas, nunca sobre las coincidencias ideológicas como casi siempre ha sucedido en los últimos 40 años.

Dos aspectos sumamente importantes a tomar en cuenta: Al final del día, lo que hará la diferencia, lo decisivo, serán las soluciones sabias que una organización aporte, y que en cada paso que dé, siempre se mantenga el enfoque en la visión que se propone alcanzar.

¿Hay en la actualidad una organización progresista con esas características? Según nuestra interpretación, no nos parece. Y en lo inmediato no se vislumbra una. Unas por estar todavía en el pasado y con las esperanzas todavía puestas en los megaproyectos, que como panacea creen que darán la solución a la problemática del país. Otras, pese haber roto con parte de la ortodoxia, no han logrado articular un proyecto que a partir de dar respuestas a la coyuntura política, vaya creando las expresiones político-sociales a todos los niveles, para que en un proceso desemboque en un gran movimiento electoral que permita a la ciudadanía ganar espacios de poder.

Existen otros pequeños esfuerzos políticos que están en su primera fase de desarrollo, sin posibilidades de cambiar el curso en lo inmediato.

Sin embargo, tenemos que admitir que dentro de algunos sectores hay ahora mismo un debate en sus fases iniciales, aunque no abierto, en la dirección de establecer por dónde empezar, no como una retorica como ha sido en el pasado, sino con la decisión de abrir un camino. ¿Tendrá éxito ese esfuerzo? Sólo la vida lo determinará.

Continuaremos con el tema.

Hasta la próxima.

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