Tomado de Acento.com.do
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Para la revista The Economist, una de las de mayor prestigio en el mundo, la República Dominicana es uno de los países más corruptos de América Latina y por tanto Danilo Medina ha cometido un grave error al dejar que muchos funcionarios de la pasada administración de Leonel Fernández permanezcan en sus puestos. Entiende que así no podrá hacer lo que nunca se hizo.
En un trabajo periodístico titulado “El turno de Medina: Ron nuevo en odres viejos”, la prestigiosa publicación entiende que el lado más oscuro de la herencia que le deja Leonel Fernández a Medina es el de la corrupción.
Acento.com.do reproduce, en una versión traducida por Iván Pérez Carrión, el trabajo de The Economist, aparecido el 25 de agosto:
Santo Domingo.- Antes de ganar las elecciones presidenciales de la República Dominicana en mayo, Danilo Medina prometió “continuar lo que está bien, arreglar lo que está mal y hacer lo que nunca se ha hecho”. En la inauguración de su mandato, el 16 de agosto, le dio cuerpo a esas promesas. Medina planea invertir un aumento de la delincuencia violenta con una revisión exhaustiva de la policía; casi duplicar el gasto en educación, y reducir la proporción de dominicanos en la pobreza del 34% al 20%. También se comprometió a tomar medidas enérgicas contra la corrupción generalizada y eliminar la escasez crónica de energía.
Pero a Medina le pudiera resultar difícil convertir sus buenas intenciones en logros. Él es un protegido de Leonel Fernández que gobernó el país durante 12 de los últimos 16 años (y cuya esposa, Margarita Cedeño, es la vicepresidenta de Medina). Fernández presidió el rápido crecimiento económico y una fuerte caída de la inflación, mientras que construyó muchas nuevas carreteras y un metro en Santo Domingo, la capital. Su enérgica diplomacia personal elevó el perfil de su país en el exterior.
Medina ha dejado a gran parte del equipo económico anterior en sus puestos. Su primera tarea será la de hacer frente a un déficit presupuestario que se acerca al 4% del PIB. Habrá menos obras públicas, pero un mayor gasto en programas sociales y en seguridad.
Pero hay un lado más oscuro a la herencia política de Medina. Observadores extranjeros dicen que la República Dominicana es uno de los países más corruptos de América Latina. Por lo tanto, es lamentable que muchos funcionarios permanezcan en sus puestos de trabajo. Entre ellos, el ministro del Interior y al jefe de la Policía. Esto pone en duda la promesa de Medina de una reforma policial que se necesita con urgencia. Los asaltos, robos y asesinatos han ido en aumento. Cuando el mes pasado, la policía local llamó a la central durante un atraco a un banco en Moca, una ciudad en el norte del país, se encontró con la línea desconectada por falta de pago.
Los optimistas acogen con beneplácito el nombramiento de un respetado fiscal general y también la elección de Medina de Gustavo Montalvo como su jefe de personal. Montalvo renunció a un comité de ética del gobierno en 2005, en protesta por la falta de avances en la lucha contra la corrupción.
Medina podría lograr muchos de sus objetivos mediante la poda del sector público, que está abarrotado de partidarios acomodados, y reorientar el gasto hacia fines de menos derroche. Eso sería “hacer lo que nunca se ha hecho”.
ResponderEliminarTodos quisiéramos que fuera distinto pero ¿cómo podría ser diferente si el Presidente se debe al partido y no es más que un peón del Comité Político del PLD?
Isaías