Nota: este artículo fue escrito el 14 de agosto, 2014. Sin embargo, por una situación muy particular no lo publicamos en nuestro blog. Ha pasado casi un año y lo esencial no ha cambiado. Queremos compartirlo con aquellos(as) que no lo han leído. Creemos aprovechar que los campos entre la oposición y el oficialismo se delimitan cada vez más, para abrir una conversación que contribuya a impulsar la unidad y la lucha por un cambio de rumbo.
Por Pedro Payano-Safadit
Felicitamos a Alianza País por su campaña para lograr un
millón de amigos. Es una buena iniciativa para activar sus bases y la podría
colocar definitivamente como el centro hegemónico del movimiento progresista.
Siempre hay que tener un norte, un plan, y una acción; de
lo contrario, se perece por inercia; ese es el quid de la política. Esperamos
que tengan muchos éxitos. Los logros de AP son nuestros también.
Ahora bien, toda meta que queramos alcanzar tiene que ser
parte de un objetivo central dentro de una coyuntura política.
En nuestro caso, las elecciones para el 2016 constituyen
a nuestro entender, el epicentro del accionar de todas las fuerzas políticas,
ya sean del gobierno o de la oposición. Por lo tanto, ¿qué persigue AP con esta
campaña? Claro que fortalecerse. Pero, ¿con qué fin? ¿Pretende enfrentar por sí
sola la maquinaria de la gerencia peledeísta, o posicionarse mejor para ser
parte de una coalición opositora?
La respuesta a esta última pregunta es esencial para
comprender el rumbo que quiere transitar AP.
Creemos, que el éxito de esta política dependerá del camino que elija.
No entendemos claramente la propuesta política de AP. Su
presidente afirmó recientemente en los E.E.U.U. que ningún sector por sí solo
podrá derrotar al PLD. Sin embargo, son tantos los peros negativos que presenta
que confunden.
Hace 7 meses planteó una Mesa de Dialogo para definir y
crear confianza, pero todavía no hemos visto nada en concreto. Ahí está la
Convergencia; ¿Por qué no comienzan por ahí?, ¿Cuál es el miedo?, ¿Temen
contaminarse?, ¿Hay otra razón?, ¿O es simplemente una cortina de humo?
Este partido tiene ahora una nueva campaña que en su
definición no está articulada a un proyecto unitario. ¿A quién le creemos? En
política, el mensaje no puede ser ambiguo. Se es o no se es.
Si AP quiere un millón de amigos con la intención de
caminar sola como el Llanero Solitario, podemos predecirles que la intención es
buena, pero los resultados finales podrían ser frustrantes.
¿Qué es lo que nos ha enseñado la historia política
dominicana desde finales del Siglo Veinte?
Ningún partido emergente ha podido de la noche a la
mañana cambiar la correlación de fuerzas y alcanzar el poder. Ni siquiera el
PLD: su triunfo en 1996 fue el resultado de una negociación nefasta para el
movimiento progresista y para el país.
Si se produjera una crisis de gobernabilidad que
provocara una nueva situación política, podrían crearse determinadas
condiciones para que una organización pequeña pudiera dar un salto
cuantitativo; mas, esa posibilidad no la percibimos por el momento.
Si AP lograra recoger la firma de un millón de
ciudadanos, no necesariamente expresaría una intención del voto.
Cuando se aproximen las elecciones, se producirá un
reagrupamiento; esto dependerá de cómo estén posicionadas las fuerzas
políticas, y de cuáles son sus posibilidades reales para alcanzar el poder.
Esos firmantes, que en su mayoría no tienen conciencia de su papel histórico,
podrían inclinarse electoralmente por el partido que esté gobernando o por una
convergencia opositora que proyecte la percepción de que será gobierno a partir
del 2016.
Los que pretendan caminar solos contra la dirección
peledeísta realmente no han comprendido el inmenso poder que ha acumulado esta
cúpula partidaria ni el peligro que representa para la democracia dominicana su
continuismo en el poder. ¿Será que pecan de ingenuos creyendo que será fácil
vencer esa maquinaria política? Aún con toda la oposición partidaria unificada,
no será suficiente. Se necesitará algo más.
La coalición opositora de partidos y movimientos sociales
llamada Convergencia por un Mejor País, es tan sólo un paso inicial.
Su gran desafío será convencer a la mayoría de los
ciudadanos, incluyendo a los que han perdido la fe en el sistema político, de
que representa algo nuevo, que no es más de lo mismo. Que la decisión tomada no
es simplemente para cambiar un presidente por otro y continuar el círculo
vicioso a lo cual nos tienen acostumbrados los tres partidos que han controlado
el estado en los últimos 50 años. Que los firmantes del acuerdo común asumirán
el compromiso de luchar por la democratización del país y se comprometerán a
crear un gobierno de transición que desde el primer día ponga en ejecución un
programa mínimo y, concomitantemente dé los pasos para la convocatoria de una
constituyente.
Esta coalición tendrá que ponerse desde ya al frente de
las luchas sociales y políticas. Contribuir al empoderamiento de la ciudadanía
para que en ese proceso converjan todos y todas, constituyendo como resultado
una nueva mayoría.
Si la dirección peledeísta se quedara en el poder después
del 2016, eso significaría que consolidaría su continuismo por 20 años, y quién
sabe cuántos más.
En el 2016 habrá elecciones congresuales y
presidenciales. Si la oposición no logra una unidad monolítica, la dirección
peledeísta podría quedarse también con el control del congreso. Eso significa
que la unidad opositora es obligatoria en esas dos instancias; no es posible en
una sola, al menos que sea con un movimiento municipal.
Algunos están soñando con una coalición congresual, no
presidencial, porque apuestan a una segunda vuelta. Esta percepción errónea
podría contribuir con el triunfo de la dirección peledeísta. Ese es un camino
peligroso que la oposición democrática no debería transitar. Hay que trabajar
para ganar la primera vuelta, y no al revés.
Alianza País tiene una alternativa: Salir fortalecida
enfocando su campaña del millón de amigos como proceso de articulación con la
coalición opositora y sus objetivos.
Es la gran oportunidad de AP para contribuir con ideas y
acciones que conduzcan a la Convergencia por el camino que más le convenga al
país.
Ahora bien, si prefiere seguir un camino quijotesco
contra el PLD, siguiendo la vieja política de “diferenciación de fuerzas” de
los años 70 y principios de los 80 como algunos de sus dirigentes han
expresado, no le auguramos buenos resultados.
En la presente coyuntura política, nadie de la oposición
democrática debería estar inventando molinos de viento para ver gigantes, utilizando
como pretextos para la unidad, purismos ideológicos y morales que nada tienen
que ver con la ciencia del poder. La dirección peledeísta la utilizó por muchos
años y finalmente, ¿dónde llegaron?
Muchos analistas políticos han predicho que como resultado
de la polarización para el 2016, los partidos pequeños que participen de manera
independiente tendrán escasas posibilidades. En ese sentido, AP no puede
arriesgarse a no lograr una posición electa ni sacar menos de un dos por ciento
dos veces seguidas porque perdería su franquicia para siempre. Y eso podría
suceder si decidiera caminar sola.
Entendemos las preocupaciones y dudas de muchos
aliancistas sobre la conformación de la Convergencia. También nosotros las
tenemos. Son legítimas. Sin embargo, eso no puede ser un obstáculo para perder
de vista el enfoque del objetivo principal.
Sobre todo, que la oportunidad política que se le presenta al movimiento
progresista en la Convergencia es ilimitada. Los límites se los pondrán ustedes mismos.
El camino al éxito está lleno de riesgos, pero no debemos
temer, porque la acción siempre cura el miedo.
Alianza Pais , como organizacion politica tiene que medir bien los pasos a recorrer debido a que cualquier convergencia politica tendra que ORBITAR sobre un partido tradicional , en este caso particular , sobre el PRM donde hacen vida politica "dirigentes tradicionales" MANOSOS , los cuales tienen COLAS largas que les pisen , sin embargo , hay que reconocer como afirma acertadamente , Pedro payano , AP tiene que aprovechar la conyuntura actual para crecer , este crecimiento y alianzas tacticas deben hacerse dentro del marco de los principios de moralidad y patriotismo , que hasta la fecha ha exhibido y demostrado Alianza Pais , y es por esta razon , que se hace necesario un DIALOGO TRANSPARENTE donde se pongan claros los principios ideologicos que son los que distinguen AP de otras organizaciones politiqueras.Por ultimo , consideramos que esta es una oportunidad trascendental para detronar al Partido Ladrones Dominicanos ( P L D ) del control politico del Estado Dominicano.
ResponderEliminarLa preocupación del compañero Payano es correcta y legitima. Me gustaría aportar los siguientes elementos:
ResponderEliminar1. Alianza País es por algunas razones particulares, en estos momentos, la principal organización que dentro del sector revolucionario y progresista que mejores posibilidades tiene de representarnos en una contienda electoral;
2. No hay ningún dirigente político revolucionario que admita que se puede en las presentes circunstancias alcanzar el poder por si solos. AP reconoce y entiende este factor. El mismo PRM y su actual líder, Luis Abinader, reconocen que es prácticamente imposible lograr derrotar el clan que nos desgobierna sin producir una gran alianza de fuerzas que logre unificar TODAS las fuerzas opositoras y a los sectores independientes conscientes de que hay que producir un freno a los planes continuistas de la corporación del PLD;
3. No creo que los compañeros de AP se resistan a un posible acuerdo de participación electoral con los compañeros del Frente Amplio-Convergencia que se ha aglutinado en estos momentos alrededor de la candidatura de Luis Abinader. De hacerlo demostrarían una estrechez y sectarismo que los llevaría a la tumba política;
4. Toda fuerza política revolucionaria o de carácter progresista debe participar en alianzas y acuerdos cuando las circunstancias lo demanden, como ocurre con la actual coyuntura. Sin embargo los revolucionarios debemos ser inteligentes en estas alianzas y acuerdos. Nunca debemos doblegarnos ni implorar esa alianza. Debemos ganárnosla. Eso es lo que entiendo están haciendo los aliancistas y su liderazgo. Al tiempo que se fortalecen como organización se colocan en una posición en la que las negociaciones y los acuerdos sean los menos desventajosos;
5. Rechazo y no participaría en ninguna alianza, principalmente con sectores de la derecha, en la que no se establezcan compromisos programáticos mínimos. Algunos de los que están participando o promueven una gran concertación con el PRM como centro actúan de manera oportunista y buscando satisfacer necesidades personales. Por eso no les ponen condiciones a su inclusión en dicha alianza.