FRASE DE DUARTE

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martes, 30 de julio de 2013

¿QUÉ NOS PASA?

Por Jochy Reyes

"Puedes engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no puedes engañar a todos todo el tiempo”. Abraham Lincoln

A la llegada de los españoles a nuestra isla en 1492, cuenta el fraile y Cronista de Indias, Bartolomé de las Casas, que Cristóbal Colón, quien comandaba la expedición, dijo, "Es la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto". A quinientos veinte años, nueve meses y 13 días de esta primera invasión a nuestra isla, se han dicho y desmentido tantas cosas que ya hoy no se sabe a ciencia cierta si estas palabras fueron pronunciadas por el cabecilla del grupo invasor o no.

Ahora bien, como dice el refrán, “no se necesita espejuelos” para ver que somos privilegiados en tener uno de los territorios más bellos del planeta. Hermosas montañas, entre ellas se yergue con toda su majestuosidad y como fiel vigilante de nuestro territorio el Pico Duarte, que con sus 3,098 metros de altura, lo convierte en el más alto de las Antillas Mayores. Valles fértiles. La tierra en sus entrañas preñada de minerales; preciosos y deliciosos ríos, que a pesar de los criminales y ambiciosos planes de los depredadores de nuestra fauna todavía no han podido acabar con ellos, y como si esto fuera poco, bordeados por los Mares Atlánticos y del Caribe, poseedores de las más hermosas y paradisíacas playas, y libre su territorio de animales, alimañas, e insectos venenosos, ¡que no sean, claro está, de los de dos patas y que se hacen llamar políticos!

Es por todas esas bondades que nos ha regalado la naturaleza que no me canso de pensar y preguntarme, ¿qué nos pasa como país, como pueblo, que no somos capaces de aprovechar tantas riquezas de las que disponemos para que todos las disfruten y se pueda erradicar la pobreza en que vive la mayoría de los dominicanos?

¿Por qué seguimos permitiendo desde nuestra independencia que malos y perversos dominicanos sigan dirigiendo nuestro destino?

¿Cómo es posible que después de vivir la mala y dañina experiencia de un Santana, de un Báez, de un Lilís, de un Trujillo, de un Balaguer, no seamos capaces de quitarnos de encima a todos estos rufianes corruptos que los han heredado con todas sus mañoserías?

¿Cómo es posible que un personaje que sirvió y defendió los crímenes de Trujillo, que llamó rufianes y delincuentes en un discurso ante su amo, a los héroes del 14 de junio del 59 que vinieron a liberarnos de ese oprobioso y criminal régimen, y que después de muerto Trujillo formó una banda de delincuentes llamados paleros en su ciudad natal de San Francisco de Macorís para atacar a palos, machetes y puñaladas, a un pueblo que solo pedía y luchaba por su LIBERTAD, todavía tenga vigencia en nuestro país y su orden político?

Este rufián, llamado Marino Vinicio Castillo alias (Vincho), es el mismo que después apoyó y defendió los crímenes de los doce años, el mismo que en 1990 llamó loco a un civilista como Juan Bosch, y que hoy el partido creado por este ilustre Dominicano lo premie nombrándolo en posiciones de importancia dentro del tren gubernamental, y, aun peor, lo ponga a dirigir la Dirección de Ética e Integridad Gubernamental, un hombre que ni es ético y mucho menos íntegro. Hoy lo vemos tratando de defenderse ante todas las denuncias que lo presentan como es, pero yo solo le recuerdo lo dicho por el poeta y dramaturgo de la antigua Roma, Publio Siro: "Muchas personas cuidan de su reputación pero no cuidan de su conciencia".

He oído desde que tengo uso de razón para justificar la actitud inexplicable de nuestra gente que ¡ese es el complejo de Guacanagarix!, en referencia a que llevamos la sangre y por ende heredamos la actitud de sumisión y entrega de aquel indio taíno. Pero se les olvida a los que así piensan que también llevamos la misma sangre de bravíos y honestos guerreros defensores de nuestra honra y nuestra patria como fueron: Caonabo, Hatuey, Anacaona, Enrriquillo, Duarte, Luperón, Manolo, Minerva, Rafael Tomás y Caamaño.

Todos dieron sus vidas y su fortuna para dejarnos un país digno y libre, al cual nos sintiéramos orgullosos de pertenecer. ¿Por qué no mejor imitarlos y heredarlos a ellos?

En una conversación que sostuve uno de estos días con el director de este medio, mi apreciado amigo Isaías, este me recordaba las palabras dichas por el General Eisenhower a la prensa ante los miles de cadáveres producto del holocausto durante la Segunda Guerra Mundial: "tírenle fotos, muchas fotos, porque en el futuro podría salir algún loco a decir que esto nunca sucedió", dijo Eisenhower. ¡Y cuánta razón tenía! Hoy día, ya hay entidades que niegan que esa masacre haya sucedido. Esa es la gran importancia de escribir y difundir la verdadera historia, para que las futuras generaciones sepan quiénes fueron los malos y quiénes los buenos en un determinado momento, y así de esa manera no dejarse confundir de los perversos, quienes siempre tergiversan la verdad para justificar sus malas acciones.

Un día le dije a mi hermano Anulfo, quien con mucha tristeza me decía que no entendía por qué este pueblo repetía con tanta frecuencia los mismos errores, y que no aprendía a distinguir entre los que luchan para mejorar su calidad de vida, y los que solo van al poder a robarle sus bienes. Mi respuesta fue: “¡la culpa la tenemos nosotros mismos que no nos hemos ocupado de difundir a las nuevas generaciones quiénes fueron los que realmente lucharon, hasta morir algunos, en defensa de, y por la creación de una mejor sociedad, de un verdadero país! Y por no denunciar, repudiar, y combatir constantemente a todos esos políticos corruptos, ladrones, simuladores, y entreguistas”.

Hoy veo con optimismo que eso ha comenzado a cambiar a través de las diferentes fundaciones de Héroes y Mártires existentes en nuestro país, y como difusor principal el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, ubicado en la Zona Colonial, el cual viene siendo visitado frecuentemente por estudiantes universitarios, de escuelas, colegios, y el pueblo en sentido general, con el propósito de conocer de forma gráfica, hablada y escrita nuestra verdadera historia y sus protagonistas principales.

Es por eso que como Maeños debemos respaldar con todo nuestro esfuerzo la labor que viene realizando el Comité de Historia de nuestro pueblo dirigido por la excelsa educadora Lavinia del Villar, quien con la colaboración valiosa de sus miembros el Ing. Isaías Ferreira Medina, el Lic. Manuel Rodríguez Bonilla, el Dr. Héctor Brea Tió, y nuestro historiador miembro de la Academia de la Historia, el Lic. Rafael Darío Herrera, están trabajando arduamente en la recopilación de datos, para difundir y enseñar nuestra verdadera historia a esta y futuras generaciones. Y también el esfuerzo que viene realizando Ramón Expedito Santana, mejor conocido como (Manito), ideólogo y presidente de la Fundación Héroes y Mártires de Mao y la Provincia Valverde, quien viene trabajando sin descanso con el fin de construir un Parque Monumento en memoria y homenaje a todos los que lucharon por nuestra libertad.

Sería pecar de injustos, el no reconocer el gran esfuerzo de Evelio Martínez, mi cuñado, un testigo ocular y activo de los momentos más convulsos de nuestra historia, en recopilar datos y narrar las hazañas de los hombres y mujeres nuestros que tomaron participación en esas jornadas de liberación, y publicarlos en este importante foro, Mao en el Corazón.

Aprovechamos la oportunidad para exhortar a todos los luchadores maeños a que cuenten sus historias y ojalá lo mismo se haga en todas las comunidades del país. La historia de tantos héroes anónimos que hay entre nosotros hay que darla a conocer. A veces ni los propios hijos saben lo que hizo su padre porque los protagonistas no creen que sea necesario contarlo, ya sea por modestia, y algunos otros, al parecer, por la vergüenza de que sus esfuerzos de nada valieran, pues nada cambió, según dicen. Y nada más lejos de la verdad y de eso hablaremos en otra oportunidad.

Esa lucha patriótica que escenificaron nuestros hombres y mujeres en una etapa de sus vidas, puede ser aun más útil, si sus historias son contadas y las mismas inspiran a nuestras nuevas generaciones a cambiar las cosas de una vez por todas. ¡Qué gran regalo a la patria!

Y es que solo conociendo nuestra verdadera historia, empezaremos a cambiar nuestro destino.

El autor es abogado, excombatiente de la Guerra Patria de Abril del 65 y al presente activista de Alianza País en Orlando, FL.

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